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Las claves de nuestra educación
Nuestra propuesta educativa se inspira en la pedagogía de Pedro Poveda sostenida e impulsada a través de la Institución Teresiana. Tiene en cuenta la interrelación que hay entre la concepción de la persona que queremos formar, los procesos y experiencias pedagógicas que promovemos y la sociedad que pretendemos ayudar a construir.
Una educación en clave cristiana, que lo atraviesa todo, que promueve la vivencia y la expresión de la fe. Que educa “seriamente, razonablemente, sólidamente” y en la que todos los procesos educativos tienen como eje y fundamento la dimensión cristiana y evangelizadora. Y todo ello con el objetivo de formar personas preparadas para tomar en peso su propia vida y otorgarle sentido, capaces de vivir solidariamente y de comprometerse con responsabilidad social.
"Educar seriamente, razonablemente, sólidamente..."
Pedro Poveda
Una educación en clave humanizadora, siendo una ayuda, un impulso y una guía para el desarrollo integral de las capacidades que tiene el alumnado en un proceso que mira a la plenitud de su personalidad. Consiste ayudar a formar personas que creen en sí mismas, que se consideran valiosas a sí mismas y a los demás, con conciencia de su dignidad, autónomas y comprometidas socialmente.
Una educación contextualizada e inclusiva, donde no se trata a los diferentes, sino donde se trabaja con la diferencia. Donde se tiene en cuenta la diferencia (cultural, de capacidades, de comportamientos, de intereses, etc.) como punto de partida, como un hecho natural y como un valor social. Donde está asegurada la acogida de todos y cada uno de los alumnos, donde están garantizados la aceptación y el respeto de las diferencias individuales de todo el alumnado. están garantizados la aceptación y el respeto de las diferencias individuales de todo el alumnado. La diversidad es una riqueza que ayuda a una mejor comprensión de la sociedad y a un crecimiento más abierto de la persona, siendo mas fácil promover en ella valores imprescindibles para una sociedad democrática como son la solidaridad, la aceptación y respeto de las diferencias individuales, la tolerancia o la resolución pacífica de los conflictos.
"Yo os pido un sistema nuevo,
un nuevo método,
unos procedimientos tan nuevos como antiguos inspirados
en el amor"
Pedro Poveda
Una educación democrática y participativa, con un estilo educativo inspirado en la vida familiar, la acogida, la convivencia basada en la igualdad de oportunidades, la participación, la ayuda mutua, donde se prima el diálogo, el respeto y el acompañamiento. Una educación que fomenta los comportamientos asertivos, el diálogo y la resolución de conflictos por medios pacíficos. Una educación en la que educan el clima, el contexto, los docentes y los no docentes, las actividades escolares y las extraescolares, donde se implica toda la Comunidad Educativa.
Una educación comprometida con la sociedad cercana, que establece y busca la colaboración con los agentes sociales del entorno para construir conjuntamente una sociedad solidaria con las personas y con el medio. Que promueve experiencias que permiten al alumnado interactuar con la realidad social, vivir en primera persona acciones de compromiso social, de respuesta a las demandas de la sociedad que le rodea.
Una educación innovadora y abierta a los valores emergentes, que promueve en su proceso de enseñanza-aprendizaje metodologías que favorecen la reflexión crítica, la colaboración con otros, la convivencia constructiva y la acogida universal e inclusiva de todos; que incorpora la interculturalidad como valor que utiliza críticamente las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Una educación en la que el profesorado es el elemento clave de la acción educativa, el que hace posible que las claves educativas pasen del papel a la vida del colegio. Un educador crítico que acompaña, apoya y facilita el proceso de crecimiento del alumnado. Que educa con pasión y amor para dar vida, enraizado en la realidad y atento para reconocer las señales de nuestro tiempo. Con conciencia de equipo, que reflexiona sobre su propia práctica, al que le interesa formarse de forma permanente para poder dar respuesta a los retos que nos pone la tarea educativa en esta sociedad viva y cambiante. Con talante alegre, testigo de la belleza, bondadoso que permite que el alumnado crea en sí mismo y sensible ante la necesidad.
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