Colegio Victoria Díez

24 de nov de 2021

Contra la violencia de género

Hoy, 25 de noviembre, celebramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

El alumnado de la etapa de Educación Secundaria también ha querido aportar su granito de arena dando visibilidad y denunciando la violencia que se ejerce sobre las mujeres en el mundo a través de microrrelatos.

Desde el colegio Victoria Díez, os invitamos a celebrar con nosotros este día y lo vamos a hacer compartiendo con vosotros estos maravillosos microrrelatos.

El Callejón
 
Ella caminaba por la calle intranquila porque sentía algo raro, estaba anocheciendo y las calles estaban vacías, se giró al oír un ruido, pero no había nada, siguió caminando y a unos pasos mas delante alguien le tapó la boca y le metió en su coche, se desmayó, al despertar en un cuarto oscuro, sin ropa descubrió algo terrible…

MARÍA MORENO GALVE, 2º ESO

Llamas moradas
 
Cada lágrima derramada se convertía en una cerilla arrojada a la hojarasca y una llamarada morada amenazando con expandirse. Después de tantas gotas saladas, fue imposible frenarlo. El incendio arrasó con todo el bosque, dejando únicamente un mando de cenizas a su paso.

ANA MARTÍNEZ HINOJOSA, 2º ESO

(Sin título)

- ¡No, por favor! -gritaba Ashley- ¡No, por favor! ¡A ella no! -otro golpe- ¡Para, por favor!
 

 
Los golpes cesaron cuando ella abrió los ojos. Se revisó los brazos y las piernas. En ese momento se dio cuenta de que ese monstruo que le perseguía ya había desaparecido. Hace quince años, en una celda de prisión.

ALANIS RODRIGUEZ BLASCO, 2º ESO

El diario

Entré a la casa, y encontré en su habitación un pequeño diario cubierto completamente de polvo. Lo abrí lentamente y comencé a leer la primera página.

Jueves, 15 de abril

Querido diario:

Hoy he tenido una entrevista de trabajo para el empleo de mis sueños, quiero ser una desarrolladora de videojuegos en mi empresa favorita. Tenía mucha ilusión por esta entrevista, pero me puse muy

nerviosa y no sonaba muy segura. Aún así, me llegó más tarde una carta de confirmación, ¡Me habían elegido! Comienzo el lunes que viene, ¡Qué emoción!”

Encontré con asombro que muchas de las páginas estaban arrancadas, y la siguiente era del 27 de

mayo. Relataba:

Querido diario:

Hoy he recibido más chistes e insultos de parte de mis compañeros. Incluso he recibido varias

amenazas. No aguanto más. Quiero irme, pero realmente necesito el dinero.

Llegué llorando a contarle mi experiencia a mi pareja, que ya estaba acostumbrada a mis llantos. Intentó consolarme y nos marchamos a dormir.

Todas las demás páginas habían sido arrancadas excepto la última, la cual decía así:

“Querido diario:

Haz que salga de mi cabeza. Llego a casa para librarme de mis compañeros, pero mi mente decide

torturarme de estas maneras. Merezco sufrir, he sido egoísta. Debí soñar con algo más realista, o al

menos con algo no tan dañino. Me cuesta levantarme de la cama porque no hay motivación alguna para seguir adelante. Ahora que las memorias me persiguen hasta mi casa, he decidido que es mejor acabar con mi vida. No hay que ponerse triste, es lo mejor para mí. Adiós.

El diario acabó abruptamente en ese punto. Quedé devastado al saber el trato que sufrían muchas de

las mujeres que trabajaban en cargos como estos. El mundo, definitivamente, debe de cambiar.

GONZALO FERNÁNDEZ-BEDOLLA AZAR, 3º ESO

Creo que no

Desperté en una esquina y notaba un fuerte dolor de cabeza, sentía que me sangraba la nariz. De repente se abrió la puerta y era él, traía un ramo de flores como disculpa, cómo no, acepté su perdón. Tenía que usar una gran cantidad de maquillaje para tapar los golpes y ojeras, pensaba que una "romántica" cena arreglaría todo.

Desperté de lo que había parecido ser un sueño, sentía el mismo dolor de cabeza, y que me sangraba los labios y la nariz. Pero esta vez notaba algo extraño, no podía moverme, podía escuchar y ver, pero tenía el cuerpo inmovilizado. Vi que en el pasillo había una sombra y se empezó a acercar, era él, mi novio. Ya no veía un chico simpático que me traía flores del que me enamoré, si no un demente con ojos que reflejaban un infierno del que no podía salir.

CANDELA SORIANO MOLLÁ, 3º ESO

El reflejo
 

 
La gente murmuraba y se asustaba al ver aquella silueta. Un espejo vivo que punzaba a cada mujer que lo veía y no lograba ser perdonado. La verdad dolía ¿Cuál sería su camino? Si la luz se diluye mientras más avanza. A veces corre, otras se queda paralizada en un rincón. Mientras toda la lluvia del mundo le empaña la mirada.
 

 
Ni el cielo, ni la brisa en el parque, ni correr por largas horas le trae el consuelo porque siempre vuelve al mismo sitio. La misma casa, el mismo olor, la misma tristeza. Se sintió como un cuerpo sin vida, clavada en el suelo.
 

 
No pude contenerme más y atravesé su dolor con un abrazo.

MARÍA ALEJANDRA PERENEY ANTONI, 4º ESO

La secretaria
 

 
— ¡José! ¿Te has enterado de lo que pasó el otro día en la oficina? María del Carmen ha vuelto a
 
ponerse a llorar.
 
— ¿De nuevo? Debe ser la quinta vez esta semana.
 
— ¡Ja, ja! Además, se queja de que cobra menos que nosotros, ¡si no trabaja!
 
— ¡Qué me dices! ¡Pero si no sabrá ni sumar!
 
— Yo tampoco me lo creí. Inmediatamente le mandé a que me imprima unas cosas.
 
— Como debe ser, si hasta parece que le gusta ser mandada. Siempre dice que sí sin rechistar.
 
— Oye, no nos habrá estado escuchando, ¿verdad?
 
— ¿Por qué lo dices?
 
— Porque está detrás de ti… Llorando.

PEDRO FERNÁNDEZ-BEDOYA AZAR, 4º ESO

Una ocasión a destacar


 
Aquella noche los desagües se teñirían de rojo mas ella presenciarlo no podría.
 
Un sábado como otro cualquiera, una joven de identidad poco relevante abandonaba la discoteca local.
 
No tenía prisa, pues no era consciente de cómo su percepción de la realidad era distorsionada a efecto de las sustancias que ya fluían por sus venas. Sutilmente y sin apenas percatarse de ello: el ruido de sus tacones empezó a resonar por dos y una fija presencia la acechaba, diluyéndose con su ansiedad. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para asfixiarla con sus robustas manos, si así él lo deseaba, apresuradamente ella se volteó. -"Disculpa, hace un rato que se te cayeron las llaves. Tómalas y ten más cuidado la próxima vez por favor".

INÉS ESTEBAN ROYO, 2º ESO

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